El autismo es un trastorno que puede detectarse antes del primer año de vida. Sin embargo, los primeros síntomas no siempre son fácilmente detectables por los padres, bien por desconocimiento o porque lo asocian a un desarrollo más lento.
En cualquier caso, y aunque el diagnóstico siempre debe de realizarse por parte de un especialista, existen una serie de síntomas tempranos que pueden resultar indicativos de que el bebé está desarrollando un trastorno de autismo.
En este artículo te ayudamos a identificar cuáles son estos comportamientos y en qué momento deberías consultar con un médico.
¿Qué es el autismo?
El autismo, conocido como Trastorno en el Aspecto del Autismo (TEA) es un trastorno que se caracteriza, a grandes rasgos, por un problema en el desarrollo cerebral que les impide poder socializar con otras personas, a la vez que aparecen problemas para comunicarse.
¿Cuáles son los síntomas tempranos de autismo en bebés?
Primeros meses
Desde el nacimiento hasta que el niño alcanza el primer año de vida, los niños comienzan a ir adquiriendo diferentes habilidades conforme van pasando los meses. Suelen fijarse en las caras o emiten sonidos o llantos para expresar algo que necesitan. Además tienden a la imitación de gestos o movimientos.
Lo más llamativo en los primeros meses de vida es que los bebés son muy sociales por naturaleza, y son especialmente observadores. Una de las primeras habilidades que aprenden es la de seguir la mirada de la madre.
Los primeros signos de autismo en esta etapa suelen ser significativos. Por ejemplo, los bebés no harán contacto visual ni serán capaces de seguir la mirada de la madre. Además tienden a sonreír muy pocas veces o no se sienten aludidos cuando se les llama por su nombre.
Poco a poco aparecen otro tipo de síntomas: no mostrar interés en jugar con otros niños, poco o nulo contacto visual con personas cercanas, ausencia de imitación (jugar con muñecos o darles de comer, son acciones habituales en niños, que no se dan en niños con autismo).
Estas señales son continuas a lo largo del tiempo y no van mejorando, lo cual es muy indicativo de que puede haber algún problema.
A partir de los 18 meses
A partir de esta edad, los signos que pueden indicar la presencia de un trastorno autista son más evidentes y se pueden señalar los más importantes:
- Muestra poco interés ante las llamadas de las personas que le rodean, algo que aveces puede llevar a los padres a pensar que el niño padece sordera
- No señala con el dedo para pedir algo que quiere en ese momento, o para indicar cualquier otra cuestión que le llama la atención
- No realiza contacto visual o lo hace en muy contadas ocasiones. Cuando lo realiza, la sensación no es la de que el niño esté siendo consciente de que está observando a alguien, sino que la mirada parece perdida
- No muestra ningún tipo de emoción cuando alguien lo coge en brazos, lo sacan de la cuna…
- Muestra una reacción excesiva ante sonidos o estímulos inofensivos. Puede ser un objeto, un animal, el tacto de algo que le resulta desagradable…
- No interactúa con los juguetes y prefiere jugar solo, muestra signos de excesiva independencia
- No reacciona cuando alguien lo llama por su nombre
¿Cómo se diagnostica el autismo?
Para poder identificar los primeros signos de autismo, los especialistas en este tipo de trastorno disponen de herramientas específicas que ayudan a hacer un diagnóstico más certero. Es necesario que un equipo de expertos, formado por médicos especializados en trastornos del desarrollo, terapeutas y psicólogos, hagan un seguimiento continuo y una evaluación completa.
Esta evaluación incluirá pruebas destinadas a evaluar la comunicación, el pensamiento, el desarrollo, el lenguaje, la salud general, así como las habilidades autónomas y las habilidades sociales.
La participación de la familia es muy importante a la hora de hacer la evaluación completa, ya que serán quienes aporten datos para conocer el desarrollo desde el nacimiento.
La observación es muy importante desde el nacimiento. Comprobar cómo reacciona el bebé a diferentes estímulos y sensaciones, su forma de interactuar con las personas que le rodean y con su entorno, sus inquietudes… estimular un desarrollo temprano es clave para comenzar a identificar posibles signos.
No olvides hacer un seguimiento médico periódico para evaluar cómo se está desarrollando el bebé. Un diagnóstico a tiempo garantizará mejores resultados durante el desarrollo del trastorno.
