A veces confundidos con pesadillas, los terrores nocturnos que ocurren en nuestros niños pueden causar también fatiga a los padres. Pero, lo importante, es que se trata de fenómenos que ocurren con bastante normalidad y en la mayoría de los casos, suelen ser inofensivos para el niño. Aquí te diremos cómo evitar los terrores nocturnos en niños y te aportaremos más información al respecto.
- ¿Qué es el terror nocturno en los niños?
- ¿Cuándo ocurren los terrores nocturnos?
- ¿Cómo se manifiestan los terrores nocturnos?
- Causas de los terrores nocturnos en niños
- ¿Cómo reaccionar ante los terrores nocturnos de los niños?
- ¿Cómo evitar los terrores nocturnos en niños?
- Diferencia entre terror nocturno y pesadillas en niños
¿Qué es el terror nocturno en los niños?
Los terrores nocturnos pertenecen al grupo de las parasomnias, término que abarca todos los comportamientos extraños o anormales durante el sueño. Es un fenómeno que ocurre con mucha más frecuencia en los niños que en los adultos, y casi siempre, temprano en la noche, durante el sueño profundo.
Los terrores nocturnos suelen aparecer cuando el niño tiene entre 18 meses y 4 años y comienzan a ser más raros después de los 5 años.
¿Cuándo ocurren los terrores nocturnos?
Cada episodio de terror nocturno puede ocurrir durante el sueño lento y profundo, generalmente de 1 a 2 horas después de quedarse dormido. Suelen presentarse con más frecuencia al comienzo de la noche, ya que es cuando los períodos de sueño profundo lento son más largos. Sin embargo, también pueden ocurrir más tarde en la noche, ya que el sueño profundo y lento regresa en los ciclos de sueño de medianoche.
Una vez finalizado el episodio, todas estas señales desaparecen y el pequeño vuelve a la cama rápidamente sin dificultad y sin percatarse de la presencia de sus padres. Si se despierta por completo, puede sentirse confundido e inseguro, especialmente si sus padres parecen preocupados por lo que acaba de suceder. A la mañana siguiente, la mayoría de los niños no recuerdan su terror nocturno.
¿Cómo se manifiestan los terrores nocturnos?
Para saber si tu niño está teniendo terrores nocturnos, debes saber que éstos se manifiestan como un fuerte llanto o gritos, y al acudir a su llamando, el niño se encuentra en la cama generalmente con expresión de pánico. Estos son los síntomas para reconocer un episodio.
- Gritos, e incluso aullidos
- Expresión de aterrorizado
- El niño puede estar sentado en la cama
- Puede tener los ojos bien abiertos, pero su mirada está en blanco
- Puede estar hablando un discurso sin sentido
- El niño se muestra inquieto, desorientado y sudoroso
- Podría estar agresivo
- No tolera ser tocado o cargado
- También podría mostrar enrojecimiento de la piel
- Su corazón podría presentar taquicardia
- La respiración rápida es un signo evidente
- En algunos casos, el niño puede estar inconsolable
Causas de los terrores nocturnos en niños
Las causas que originan los terrores nocturnos en los infantes siguen siendo bastante vagos, pero es posible mencionar varias teorías sobre este tema, aunque no están completamente confirmadas.
- Control de vigilia: algunos avanzan la tesis de una disfunción de los mecanismos del control de la vigilia durante el sueño.
- Problemas para respirar: otra teoría, más reciente, relaciona los terrores nocturnos con la dificultad para respirar debido a amígdalas excesivamente grandes.
- Condiciones de salud: tambien puede estar relacionado con la fatiga, una enfermedad infecciosa o incluso, una condición psicológica.
- Hereditarios: hay quienes creen que los terrores nocturnos en los niños son hereditarios porque son más comunes en familias donde uno de los padres, o abuelos, también tuvo terrores nocturnos cuando era pequeño.
- Modificación de la hora de sueño: estos episodios nocturnos en los niños pueden ocurrir cuando el niño se acuesta más tarde de lo habitual o está muy cansado, porque se recupera de su falta de sueño modificando la duración o la intensidad de la fase de sueño profundo, fase durante la cual se manifiestan los terrores nocturnos.
- Cambios bruscos: también pueden ocurrir cuando el niño experimenta cambios en su vida diaria que lo ponen ansioso: divorcio o separación, mudanza, cambio de guardería, etc. En estos casos, el estrés es un desencadenante de episodios en niños predispuestos a los terrores nocturnos.
- Siestas o patrón de sueño: cuando el niño deja de tomar siestas o cuando sus patrones de sueño cambian.
- Fiebre: si el niño está enfermo o tiene fiebre, también está predispuesto a los terrores nocturnos.
¿Cómo reaccionar ante los terrores nocturnos de los niños?
Durante un episodio de terror nocturno en tu hijo, debes saber cómo actuar para tranquilizar al pequeño y hacer que se duerma nuevamente. Algunas sugerencias son:
- Evita despertar a tu hijo durante sus convulsiones, incluso si parece muy alteriado. Déjalo volver a dormirse y quédate a su lado hasta que estés seguro de que se ha dormido tranquilamente.
- Evita hablar con él o tocarlo: incluso si parece estar despierto, él no se fija en ti, ni tiene conciencia de que estás presente. De hecho, tu intervención puede incluso prolongar el episodio. Así que es mejor si te quedas a su lado para asegurarte de que no se caiga de la cama ni se lastime.
- Espera a que vuelva a la cama solo: solo hazle compañía y espera a que vuelva a tomar el sueño.
- Si tu hijo se despierta por completo, no te muestres molesto, ya que tu actitud puede empeorar la situación. Incluso si no es consciente de haber tenido un terror nocturno, puede preguntarse qué pasó para que estuvieras con él en medio de la noche. Para tranquilizarlo, puedes frotarle la espalda, tararear suavemente una melodía o acostarte junto a él por unos momentos.
- También puedes dejar que se duerma solo. Permanecer a su lado podría hacerle creer que ha sucedido algo serio o importante.
- Al día siguiente, no le digas que ha tenido un episodio de terror nocturno, a menos que él mismo mencione el tema, lo cual es poco probable. Si se lo mencionas, puedes asustarlo y es posible que quiera evitar acostarse por la noche solo en su habitación. En su lugar, dale tiempo para comprobar si algo le preocupa.
¿Cómo evitar los terrores nocturnos en niños?
Puedes poner en práctica varias acciones que han servido a otros padres para evitar que sus hijos tengan episodios de terrores nocturnos. Algunas de las más efectivas, son:
- Cumple con las siestas: si los terrores nocturnos se deben a la fatiga, actúa y acuesta a tu hijo más temprano en un ambiente tranquilo, y trata de que tome correctamente sus siestas sin dejar que éstas excedan el tiempo adecuado.
- Puedes probar la técnica de los despertares programados al comienzo de la noche. En cualquier caso, habla con su pediatra, pero el tratamiento no suele ser necesario, ya que esta parasomnia suele desaparecer en la adolescencia.
- Asegúrate de que la rutina de la hora de acostarse sea relajante. Evite ver programas de televisión de miedo y jugar con la computadora o los videojuegos. También deje de lado las historias aterradoras (incluso el lobo malo puede dar miedo).
- Evite los deportes extenuantes, las comidas copiosas y las actividades que agoten la imaginación demasiado cerca de la hora de acostarse, como ver televisión, jugar videojuegos, etc.
- Crea una atmósfera tranquila antes de acostarse haciendo que tu hijo se bañe, cuéntale una gran historia, enciende una luz nocturna, cántale una canción o cuéntale sobre los eventos agradables del día.
- Fomenta la práctica de ejercicios suaves: promueve una mejor relajación con simples ejercicios de respiración, o yoga, por ejemplo.
- Evita las situaciones estresantes tanto como sea posible, ya que el estrés es un desencadenante de episodios en los niños predispuestos a los terrores nocturnos.
¿Cómo evitar los terrores nocturnos que ocurren noche tras noche?
Cuando estos episodios se presentan con mucha frecuencia y hay riesgo de lesiones, solo en estos casos, los especialistas en sueño infantil aconsejan a los padres que despierten a su hijo 30 minutos antes de la hora en que suelen ocurrir los terrores nocturnos, para evitar que vuelva a repetirse.
Una vez despierto, puedes llevar a tu hijo al baño o darle de beber agua antes de que se vuelva a dormir solo. Puedes hacer esto todas las noches durante algunas semanas y luego ver si las manifestaciones se han detenido por completo. Si la situación no mejora, consulta a su médico nuevamente.
Diferencia entre terror nocturno y pesadillas en niños
Los terrores nocturnos, ciertamente pueden evocar pesadillas, sin embargo, éstos se distinguen por varios factores:
- El horario: el terror nocturno ocurre generalmente al inicio de la noche, mientras que una pesadilla en el sueño más profundo en la noche avanzada.
- El nivel de activación fisiológica: es mucho más intenso en el terror nocturno que en la pesadilla.
- La falta de memoria del episodio: en la mañana, el niño puede que no recuerde el episodio durante la noche. Mientras que una pesadilla, claramente lo recordará.
- Tiempo de la crisis: una crisis puede durar 5 minutos, tiempo en el cual el niño tiene poca o ninguna conciencia de la presencia de sus padres, porque en realidad no están despiertos y no admiten, en su mayor parte, el contacto. La pesadilla puede durar más tiempo, y al despertar el niño ya reconoce la presencia de sus padres.
Aunque las crisis son angustiantes en el momento, debes saber que son benignas. La mejor receta para evitar los terrores nocturnos en niños, es enfrentar cada episodio con calma y seguridad para tranquilizar a los pequeños.